17.10.12

So nice to see your face again.

Dejé caer mis lágrimas cuando aún estabas aquí, derramé siete puñados de mala fé cuando te fuiste. Y volví a revivir mis ojos con lágrimas, cuando te dejaste caer por aquí. Otra vez.
No es facil, de ninguna manera. Volver a como éramos antes. Esa pareja invencible de escritores sin destino, que pateaban una vez tras otra, esa calle tan fea y monónota.
Seguro que todavía recuerdas míticas citas como "¿De verdad quieres saber por donde voy?" o la famosa "No sabes cuanto ha tardado en venir el bus..."
Sinceramente, las echo de menos. Echo de menos tus "¿Que me pega más con lo que llevo? ¿La lata verde o la azul?" y ver como se calentaba lentamente tu refresco en aquella azotea, lugar ahora desierto.
No hicimos a tiempo ese graffiti, en un lugar donde solo nosotros supiéramos que estaba. Uno al que acudir en los momentos de duda, de soledad, de tristeza y de mala suerte.
Sonaban por toda aquella pequeña ciudad nuestros pasos al salir decididos y sin miedo de aquel lugar que nunca existió. Me puse como alerta tu risa. Para que cuando todo fuera mal, una parte de ti estuviera conmigo, y poder sacarme así una sonrisilla de madrugada.
Pero nunca ha sido la misma desde aquel miércoles bajo el sol, observando desde la orilla del río uno esos famosos atardeceres zaragozanos. 
No te haces idea de las pequeñas cosas que se me olvidan mencionar en este escrito. Ni yo mismo podría enumerarlas. 
Dieciocho hasta en la sopa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario