20.5.13

Compañera.

No sé como dedicarte un "siempre", sabría cumplirlo, y es algo que haré.
Siento que tengas que pasear una vez más tus candados ojos de gran poeta por millonésima vez en un texto que ya he escrito miles de veces. De verdad que siento no poder hacerte sentir aquella persona que eres. Ella es LA chica. Esa que con tacones de aguja clava una flecha en todo corazón. Esa chica que siempre quiso ser poeta, y que un día lo consiguió.
Ella, señoras y señores, es mi mejor amiga. Mi compañera y salvadora.
Alguien a quien no daría las gracias. Si no la vida.
Recuerdo cuando tan solo éramos una pareja inocente de gatos en un mundo de perros, que soñaban con abandonar la cuidad para conquistar aquel lugar que nunca existió. Recuerdo que sí alguien me enseño a volar, tu fuiste aquella que me recordó lo fuerte que a veces puede ser la caída. Y esa enfermera de guerra que curaba las heridas como nadie.
Siempre has intentado ser cada día un poco mejor. Y yo te recuerdo, que ese esfuerzo es en vano. Eres aquella que lucha contra viento y marea para rozar la jodida perfección, alguien como tu, que el diccionario define como una persona mitológica, alguien con un corazón tan grande que no habría pecho que pudiera resguardarlo. Alguien como tu, que es imposible de encontrar, y fácil de querer. Alguien como tu, mi querida compañera. Que nunca nunca nunca permitiré que se vaya.
Y si no somos los últimos en caer, juro que seremos aquellos que nunca se derrumbaron.

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