13.2.14

Zaragoza

Aún recuerdo las últimas palabras que me dijo mi madre "Sobretodo cuídate, por favor, te quiero"
También recuerdo el último consejo que me dio mi mejor amiga, pero eso es algo que no pienso desvelar. 
Y la cara de mi hermana de distinta madre cuando tuvo que despedirse, sin saber muy bien cuando volvería a verme. 
Quiero que sepáis, que os echo de menos.
Y mi abuela, cuanto añoro sus "cógete un paraguas por si acaso" y su manía con cuidar mi garganta aún estando a cuarenta grados. 
Espero que las calles zaragozanas no borren aquellas marcas que solía dejar cuando llegaba a casa borracho y melancólico queriendo estar donde estoy ahora mismo. Espero que cuando vuelva siga ahí la ilusión de cada viernes a las siete esperándome en paraninfo. Que las paredes del Caracol se acuerden de como nos cobijaban a mi hermana y a mi en noviembre y su terrible cierzo. 
Ojalá el cine Palafox siga teniendo ese ambienté antiguo y que sus butacas sigan contando historias y grabando cientos de ellas en la oscuridad de las salas 
Que la chica alegre de la cafetería escondida en una boca calle de la calle Alfonso siga sonriendo cada vez que pone un café, y que al verme otra vez vuelva a decirme "lo de siempre?" Mientras confiada ya me lo esta sirviendo
Te echo de menos Zaragoza, y a tus leones, a tu Rivera e incluso insoportable guardia que nos despachaba siempre de mi azotea. 
Pero que voy a decir, si ahora cada mañana tengo la sonrisa puesta cinco minutos antes de despertarme, que ahora me arropan los brazos por los que me derrito, y el maldito cierzo ya no hace de las suyas enrredándome endiabladamente el pelo. 
Os echo de menos, prometo hacerlo cada día, y prometo volver. 
Para volverme a perder como el primer día por el casco antiguo un cálido viernes de agosto, para quedarme dormido en el sofá con mi madre un jueves mientras vemos una película aburridísima, y llevar a casa de mi abuela otra vez esa sonrisa que alegran a unos ojos todavía brillantes. No sabéis como brillan cuando me ven aparecer por la puerta.
Echarme de menos, pero jamás de mi Zaragoza. Siempre será mía.

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